Texto
producido por un grupo de estudiantes de la Facultad de Humanidades y Ciencias
Sociales, bajo el lema de “unidad y organización popular para la conquista
social”. Los mismos, organizaron y participaron de actividades solidarias para
acompañar a poblaciones afectadas por las inundaciones que azotaron a la
provincia de Misiones en junio.
Crónica de la Campaña Solidaria
“Unidad y Organización Popular para conquistar la
Justicia Social”
La última semana de Junio del corriente año, las ciudades del
centro-este de la provincia de Misiones se vieron afectadas por la crecida del
Río Uruguay, de manera particular la localidad de El Soberbio, Alba Posse, San
Javier y Panambí. Aunque, cabe aclarar que varios barrios de Posadas también se
vieron perjudicados. El día 27 de Junio se realizó un plenario de Liberación y
como medida ante estos hechos se decidió articular con los compañeros de la CTD
Aníbal Verón, y reunidos en el local de la organización se gestó la campaña
cuyo título encabeza este documento; posteriormente se amplió a otras
organizaciones populares con las que venimos caminando el espacio de unidad “A
los 90 no volvemos”. El lunes 30 comenzamos a militar la campaña en las
facultades de Humanidades y de Exactas de la Universidad Nacional de Misiones.
Por un lado, en Humanidades nos reunimos con la Decana para plantear una respuesta
desde la institución, que implique el trabajo conjunto con organización y
unidad por parte de los estudiantes universitarios. Militamos ante todo la
necesidad de que esta campaña no sea solamente una ayuda, basada en el asistencialismo,
sino que busque un cambio estructural partiendo de la unidad popular.
En el marco de la campaña, y ante la necesidad de profundizar el debate,
se realizó en la facultad el día 4 de Julio la Charla Debate “Inundaciones en Misiones. Patria o saqueo.
La organización como herramienta para no volver a los ´90”; en donde uno de
los planteos troncales fue el de NO naturalizar este hecho como una simple
catástrofe climática, negando la responsabilidad política que existe, sino que
debe verse esta crisis como una oportunidad para fortalecer la organización
popular como el arma que nos permita alcanzar la vida digna en los barrios, la
Justicia Social. En el mismo día, por la noche se realizó una peña solidaria en
el comedor para recaudar más donaciones.
En los días siguientes se hicieron traslados como Brigada Nicolás Ñeenguirù
(que se conformó con las distintas organizaciones del campo popular que
veníamos trabajando en el marco de esta campaña solidaria) tanto a El Soberbio,
Alba Posse y al barrio posadeño el Porvenir para acercar las donaciones que se
fueron juntando en la FHyCS y en la FCEQyN,
y principalmente para comenzar la articulación
con los sectores afectados, llevando como brigada, lo que creemos fundamental:
organización, lucha y unidad. Organización de los vecinos de los barrios para
luchar por los derechos, unidad de los sectores para fortalecer la correlación
de fuerza popular que nos lleve a la victoria y conquista de la justicia social.
Después
de charlar con todos los vecinos afectados y ver los problemas particulares de
cada uno y que no es producto de esta inundación
histórica que ha sufrido nuestro pueblo, sino que vienen de antes, nos toca poner en discusión ciertos temas que
se desprenden de esta situación, porque
es necesario no naturalizar. La ruptura de una represa privada sobre uno de los
afluentes del Río Uruguay en el sur oeste brasileño a causa del caudal hídrico
producido por la impermeabilización del suelo desmontado en grandes extensiones
para la agricultura a escalas monstruosas, y constituye una de las principales
causas de la crecida del río. Tanto la deforestación, el monocultivo, el cambio
climático, como las represas son producto de un modelo productivo que se basa en
el saqueo, en el aumento de las ganancias de unos pocos, en el consumo
desmedido e inconsciente y la consecuente destrucción de la naturaleza. El aumento del nivel de los ríos no es un
desastre natural, es un desastre social, un desastre y producto histórico, por
lo tanto, consecuencia de la acción de un sector empresarial y político sobre
la naturaleza. En ese sentido, vemos que las represas son una forma de
generación de energía de gran impacto ambiental y social, que en la zona tienen
antecedentes oscuros por los intereses que tienen detrás. En nuestra provincia,
Urugua-í es el paradigma: un templo a la corrupción y a la improductividad, al
daño ambiental y social, siempre de espaldas al pueblo. A pesar de ello, entendemos
que la cuestión energética es fundamental y reviste una seriedad impostergable,
por eso vemos necesario que la sociedad haga un tremendo esfuerzo tanto
intelectual como cultural para poner en discusión formas de producción de
energía alternativa, que tengan menor impacto ambiental y social, mayor
productividad, y que no sean el negocio de unos pocos empresarios. Esto es
parte de uno de los cambios estructurales que es necesario replantearnos como
pueblo, porque no podemos permitir más inundaciones, epidemias, destrucción de
nuestra tierra, y el avasallamiento de nuestros derechos.
Y
como pueblo, como personas que luchamos por la dignidad, nos levantamos en esta
lucha solidaria con nuestros compañeros, y en esta lucha, con organización y
unidad, debemos resistir y conducirnos a las conquistas por la vida digna,
libre, justa y soberana que queremos. Es
nuestro compromiso como militantes, como estudiantes, como sujetos políticos;
no perder de vista el rol que nos toca como intelectuales de esta casa de
estudios, comprendiendo que la educación esta al servicio del pueblo, y no de
empresas e intereses privados, que lo último que contemplan, son las
necesidades de los postergados aquellos que más duramente son afectados por
dicho modelo. Y principalmente sostenemos que el conocimiento debe ser una
herramienta de liberación, no de dominación, que debe ser un bien del pueblo,
compartido por el pueblo y generando por él.
No hay comentarios:
Publicar un comentario