3 feb 2015

SE PROMULGÓ LA LEY FEDERAL DE TRABAJO SOCIAL



SE PROMULGÓ LA LEY FEDERAL DE TRABAJO SOCIAL
La Presidenta de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner promulgó la ley sancionada semanas atrás en el Congreso de la Nación, N° 27.072, Ley Federal de Trabajo Social, que fuera presentada por la Diputada Nacional Andrea García.
"Esta Ley federal de los trabajadores sociales, del trabajo social define un perfil: es aquel trabajador vinculado con los sectores más vulnerables, vinculado con el pueblo, el que junto al pueblo trabaja y que creo que merecía desde hacía mucho tiempo este reconocimiento y hoy lo tienen", sostuvo la Presidenta de la Nación.
La Ley Federal de Trabajo Social promulgada tiene como objetivo jerarquizar la profesión de los Trabajadores Sociales y se inscribe en un gran proceso de lucha por parte de la Federación Argentina de Trabajadores sociales, y de Servicio Social, que cuenta con el aval de FAUATS y que fue promovido por la Ministra de Desarrollo Social de la Nación, Alicia Kirchner.
En el marco de quienes impulsaron la ley también se inscribe la Federación Argentina de Asociaciones Profesionales de Servicio Social (FAAPSS) cuya presidente es magister en Trabajo Social, Silvana Martínez, graduada de la Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de Misiones.
"Desde la década del 60, del 70, desde aquella época viene la demanda de los trabajadores sociales de tener una ley federal que los defina, que les cree derechos, pero también les cree obligaciones y les cree el perfil", afirmo Cristina Kirchner.
Existen en nuestro país alrededor de 35.000 trabajadores sociales, y esta ley tiene por objeto establecer el marco general para el ejercicio profesional de Trabajo Social en todo el territorio nacional, sin perjuicio de la aplicación de las normas locales dictadas por las provincias y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
También Cristina Fernández de Kirchner recordó a muchísimos y a muchísimas trabajadoras sociales detenidos desaparecidos que ya no están con nosotros y sostuvo, "El compromiso social, los tornaba peligrosos y por eso se cerraban escuelas y por eso también había una diáspora en cuanto desde lo académico cómo encarar el perfil y la definición de los trabajadores sociales"
Según lo regula esta Ley, la profesión de Licenciatura en Trabajo Social sólo podrá ser ejercida por personas físicas con título de grado habilitante expedidos por las Universidades e Institutos Universitarios legalmente reconocidos en el país y que integren el Sistema Universitario Argentino. Entendiéndose que el Trabajo Social, es una profesión que se inserta en el ámbito de las relaciones entre los sujetos y entre éstos y el Estado en los distintos contextos sociohistóricos de actuación profesional

NOTA DE OPINIÓN: SALIÓ LA NUEVA LEY
Prof. Norberto Alayón - Carrera de Trabajo Social (UBA)
Los que ya no somos tan jóvenes, recordamos que varias décadas atrás los canillitas, para llamar la atención e incrementar la venta de los diarios (especialmente los vespertinos), voceaban con fervor y estentóreamente: "salió la nueva ley".
En efecto, las y los trabajadores sociales argentinos pudimos ayer, 18 de diciembre, en la Casa Rosada vivar y cantar -también con fervor, aunque no mercantil- que "salió" la Ley Federal de Trabajo Social. La presidenta Cristina Fernández de Kirchner, anunció su promulgación en un importante acto, irradiado por los medios, con la presencia de varios ministros y ministras, legisladores, intendentes, funcionarios de alto rango y hasta el gobernador de la provincia de Buenos Aires. Pero el público más "importante" (ruidoso y hasta interactivo con la propia presidenta), fueron las decenas de trabajadores y trabajadoras sociales provenientes de distintos puntos del país, quienes desbordaron el Salón de las Mujeres.
La ministra de Desarrollo Social, Alicia Kirchner -impulsora de la ley desde el Ejecutivo- y la diputada Andrea García (desde el Legislativo), como así también las colegas dirigentes de la Federación de Asociaciones de Trabajo Social (con su presidenta misionera Silvana Martínez a la cabeza), concentraban la representación de las aspiraciones del colectivo profesional.
Pero ¡caray! con Cristina Fernández (perdón presidenta, por esta suerte de eufemismo). No sólo promulgó la ley, no sólo la anunció en un Acto de envergadura, no sólo alabó la importante tarea que cumplen l@s trabajadores sociales, sino que "como si esto fuera poco" (como también décadas atrás voceaban los vendedores de peines en los colectivos) realizó algunas afirmaciones conceptuales sobre la profesión que hasta podrían competir con los empleos de algunos de nosotros como docentes.
Y es que enmarcó certeramente a la profesión, como si ella misma fuera una especialista en la materia, en el contexto de los derechos humanos y en el posicionamiento del Trabajo Social en la reivindicación y defensa de los sectores más vulnerados de la sociedad.
Esta caracterización, que muchos compartimos desde hace tanto tiempo, en boca de una presidenta que encarna y lidera un proyecto nacional y popular, con fuerte sesgo latinoamericano, adquiere una relevancia significativa para nuestra profesión. Trasciende y profundiza las propias virtudes conceptuales que contiene el texto de la nueva ley.
Que una presidenta reconozca a viva voz, en un acto en la Casa de Gobierno, y valore el profundo significado ético y democrático de la acción de un Trabajo Social comprometido con los sectores populares, implica un mensaje indicativo para el conjunto de la sociedad del rumbo que se debe adoptar para construir una nación sin obscenas desigualdades que barbarizan la vida humana.
Este perfil, que adoptamos como trabajadores sociales, aparece avalado y potenciado por las propias expresiones presidenciales, que no sólo dignifica a quien las manifiesta, que no sólo ayuda a mantener la llama diaria de la acción profesional, sino que nos insta y convoca directamente a asumir la posibilidad y el deber de contribuir a la construcción de otro tipo de sociedad (que confronte con las concepciones neoliberales), de otro tipo de relaciones sociales de solidaridad, de equidad, de inclusión donde primen la igualdad de derechos para todos y todas.
A la vez, esta Ley Federal de Trabajo Social, además de sus aportes específicos que establecen un marco general para el ejercicio de la profesión, permite vivificar y desplegar un proceso de fortalecimiento de la identidad profesional, de la importancia de la acción colectiva a partir de sus organizaciones de base y del compromiso y la militancia de los trabajadores sociales como agentes privilegiados en la búsqueda de un mayor bienestar social para el conjunto de la comunidad.
Todo ello demuestra, una vez más, que la historia de las sociedades la seguimos construyendo las mujeres y los hombres (entre ellos, por supuesto, las y los trabajadores sociales), en condiciones sobre determinadas pero no definitivamente ineluctables.

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