SE
PROMULGÓ LA LEY FEDERAL DE TRABAJO SOCIAL
La Presidenta de la Nación, Cristina Fernández de
Kirchner promulgó la ley sancionada semanas atrás en el Congreso de la Nación,
N° 27.072, Ley Federal de Trabajo Social, que fuera presentada por la Diputada
Nacional Andrea García.
"Esta Ley federal de los trabajadores sociales,
del trabajo social define un perfil: es aquel trabajador vinculado con los
sectores más vulnerables, vinculado con el pueblo, el que junto al pueblo
trabaja y que creo que merecía desde hacía mucho tiempo este reconocimiento y
hoy lo tienen", sostuvo la Presidenta de la Nación.
La Ley Federal de Trabajo Social promulgada tiene
como objetivo jerarquizar la profesión de los Trabajadores Sociales y se inscribe
en un gran proceso de lucha por parte de la Federación Argentina de
Trabajadores sociales, y de Servicio Social, que cuenta con el aval de FAUATS y
que fue promovido por la Ministra de Desarrollo Social de la Nación, Alicia
Kirchner.
En el marco de quienes impulsaron la ley también se
inscribe la Federación Argentina de Asociaciones Profesionales de Servicio
Social (FAAPSS) cuya presidente es magister en Trabajo Social, Silvana
Martínez, graduada de la Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales de la
Universidad Nacional de Misiones.
"Desde la década del 60, del 70, desde aquella
época viene la demanda de los trabajadores sociales de tener una ley federal
que los defina, que les cree derechos, pero también les cree obligaciones y les
cree el perfil", afirmo Cristina Kirchner.
Existen en nuestro país alrededor de 35.000
trabajadores sociales, y esta ley tiene por objeto establecer el marco general
para el ejercicio profesional de Trabajo Social en todo el territorio nacional,
sin perjuicio de la aplicación de las normas locales dictadas por las
provincias y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
También Cristina Fernández de Kirchner recordó a
muchísimos y a muchísimas trabajadoras sociales detenidos desaparecidos que ya
no están con nosotros y sostuvo, "El compromiso social, los tornaba
peligrosos y por eso se cerraban escuelas y por eso también había una diáspora
en cuanto desde lo académico cómo encarar el perfil y la definición de los
trabajadores sociales"
Según lo regula esta Ley, la profesión de Licenciatura
en Trabajo Social sólo podrá ser ejercida por personas físicas con título de
grado habilitante expedidos por las Universidades e Institutos Universitarios
legalmente reconocidos en el país y que integren el Sistema Universitario
Argentino. Entendiéndose que el Trabajo Social, es una profesión que se inserta
en el ámbito de las relaciones entre los sujetos y entre éstos y el Estado en
los distintos contextos sociohistóricos de actuación profesional
NOTA DE OPINIÓN: SALIÓ LA NUEVA LEY
Prof. Norberto Alayón - Carrera de Trabajo Social
(UBA)
Los que ya no somos tan jóvenes, recordamos que
varias décadas atrás los canillitas, para llamar la atención e incrementar la
venta de los diarios (especialmente los vespertinos), voceaban con fervor y
estentóreamente: "salió la nueva ley".
En efecto, las y los trabajadores sociales
argentinos pudimos ayer, 18 de diciembre, en la Casa Rosada vivar y cantar
-también con fervor, aunque no mercantil- que "salió" la Ley Federal
de Trabajo Social. La presidenta Cristina Fernández de Kirchner, anunció su
promulgación en un importante acto, irradiado por los medios, con la presencia
de varios ministros y ministras, legisladores, intendentes, funcionarios de
alto rango y hasta el gobernador de la provincia de Buenos Aires. Pero el
público más "importante" (ruidoso y hasta interactivo con la propia
presidenta), fueron las decenas de trabajadores y trabajadoras sociales
provenientes de distintos puntos del país, quienes desbordaron el Salón de las
Mujeres.
La ministra de Desarrollo Social, Alicia Kirchner
-impulsora de la ley desde el Ejecutivo- y la diputada Andrea García (desde el
Legislativo), como así también las colegas dirigentes de la Federación de
Asociaciones de Trabajo Social (con su presidenta misionera Silvana Martínez a
la cabeza), concentraban la representación de las aspiraciones del colectivo
profesional.
Pero ¡caray! con Cristina Fernández (perdón
presidenta, por esta suerte de eufemismo). No sólo promulgó la ley, no sólo la
anunció en un Acto de envergadura, no sólo alabó la importante tarea que
cumplen l@s trabajadores sociales, sino que "como si esto fuera poco"
(como también décadas atrás voceaban los vendedores de peines en los
colectivos) realizó algunas afirmaciones conceptuales sobre la profesión que
hasta podrían competir con los empleos de algunos de nosotros como docentes.
Y es que enmarcó certeramente a la profesión, como
si ella misma fuera una especialista en la materia, en el contexto de los
derechos humanos y en el posicionamiento del Trabajo Social en la
reivindicación y defensa de los sectores más vulnerados de la sociedad.
Esta caracterización, que muchos compartimos desde
hace tanto tiempo, en boca de una presidenta que encarna y lidera un proyecto
nacional y popular, con fuerte sesgo latinoamericano, adquiere una relevancia
significativa para nuestra profesión. Trasciende y profundiza las propias
virtudes conceptuales que contiene el texto de la nueva ley.
Que una presidenta reconozca a viva voz, en un acto
en la Casa de Gobierno, y valore el profundo significado ético y democrático de
la acción de un Trabajo Social comprometido con los sectores populares, implica
un mensaje indicativo para el conjunto de la sociedad del rumbo que se debe
adoptar para construir una nación sin obscenas desigualdades que barbarizan la
vida humana.
Este perfil, que adoptamos como trabajadores
sociales, aparece avalado y potenciado por las propias expresiones
presidenciales, que no sólo dignifica a quien las manifiesta, que no sólo ayuda
a mantener la llama diaria de la acción profesional, sino que nos insta y
convoca directamente a asumir la posibilidad y el deber de contribuir a la
construcción de otro tipo de sociedad (que confronte con las concepciones
neoliberales), de otro tipo de relaciones sociales de solidaridad, de equidad,
de inclusión donde primen la igualdad de derechos para todos y todas.
A la vez, esta Ley Federal de Trabajo Social, además
de sus aportes específicos que establecen un marco general para el ejercicio de
la profesión, permite vivificar y desplegar un proceso de fortalecimiento de la
identidad profesional, de la importancia de la acción colectiva a partir de sus
organizaciones de base y del compromiso y la militancia de los trabajadores
sociales como agentes privilegiados en la búsqueda de un mayor bienestar social
para el conjunto de la comunidad.
Todo ello demuestra, una vez más, que la historia de
las sociedades la seguimos construyendo las mujeres y los hombres (entre ellos,
por supuesto, las y los trabajadores sociales), en condiciones sobre
determinadas pero no definitivamente ineluctables.
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