En el marco de las actividades por
“Una de las características del cine coreano es la crispación o la tensión, el cine coreano tiene la característica de ser muy intenso”, comentó Marcos Vieytes. Por su parte charló sobre la relación del cine del país asiático con la industria cinematográfica mundial, en especial la norteamericana: “el cine coreano es un cine de espectáculo, muchos lo critican insinuando que copia ciertos modelos narrativos que se dice que son norteamericanos pero en realidad pertenecen al lenguaje universal. Todos sabemos que el cine norteamericano ha colonizado muchas partes del mundo, hasta se puede decir la mayoría pero estos modos de narración del cine Norteamérica clásico, son universales, están basados en el mito.”
Podemos decir que el cine coreano ha adaptado estos géneros cinematográficos a los usos y costumbres propio de su cultura “esto nos permite ver narraciones muy ágiles y muy atractivas –como ser la representación que toma forma en el cine coreano la violencia y la sexualidad-. Cuando hablamos de Corea nos estamos refiriendo a Corea del Sur, debido que en Corea del Norte casi son inexistentes las producciones cinematográficas, salvo en algunos documentales”
En relación con la construcción a partir del cine con respecto a la división Sur/Norte coreano se pueden ver “dos coreas representadas en la idea de una familia partida. Aquí el tipo de matriz genérica discursiva utilizada es el melodrama el cual sigue funcionando siempre adaptado a los tiempos de los que habla. El melodrama expresa en el cine coreano una suerte de catarsis, de crisis continua de los personajes donde por ejemplo las familias siempre están divididas, las familias se quiebran, se disgregan o no se encuentran. El cine narra quizá una instancia de reconciliación que se espera en el futuro”, relató Vieytes.
Por su parte, en tanto a las posibilidades de la entrada al mercado de las películas coreanas a las salas de su país, Vieytes comentó que “el cine coreano a diferencia del argentino pretendió ser un cine industrial con llegada a público masivo. Lo consiguió sin desatender al lenguaje cinematográfico gracias a medidas proteccionistas, cuota de pantalla y buenos productos industriales. Esta situación se da a finales de la década de los noventa y el primer lustro del año 2000. Todo esto se ve quebrado luego de presiones norteamericanas fuertes sobre el gobierno de Corea, viniéndose este a quitar esta medida”
El cine coreano se ha caracterizado por sus modos de comunicación en el arte de narrar. Esto hace a este cine visual y sonoramente atrapante: “en él se transmiten - sin necesidad de grandes verbalizaciones- fuerzas e intensidades muy grandes” comentó Vieytes.
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